El parque vacío

Vacío y silencioso. Supongo que si estuviera lloviendo, tendría algo de melancólico. Pero hoy no hace mal tiempo, y entrar en un pequeño parque y no ver a nadie, ni abuelos, ni niños, ni perros...  es un poco inquietante.

Lizz Wright y Fred Hersch en Madrid

Dos grandes conciertos en el Festival. Y dos grandes momentos.

De Hersch nunca había oído nada, y lo que al principio me avergonzaba, no conocer al que puede ser uno de los más influyentes pianistas de la actualidad (por lo visto fue profesor de Brad Meldhau), se fue transformando a lo largo del concierto en la alegría de saber que aun no he perdido la capacidad de fascinarme y la ilusión de encontrar un nuevo músico al que seguir. Me compre un cd. (Si quieres una reseña más profesional del concierto pincha aquí)

Nunca había visto a Lizz Wright en directo y si ya es buena en sus cd, en directo impresiona todavía más. Le sobra voz y canta con la confianza de la que sabe que tiene talento. Me sorprendió el aroma country de algunos de los temas, sobre todo la guitarra. En definitiva, fue una mezcla de jazz, gospel y country que me evocaba a pequeños pueblos del sur de Norteamérica (vamos, a lo que yo creo que deben ser esos pueblos del sur de Norteamérica porque nunca he estado en ninguno). Volví a casa con un nuevo cd.

Dos magníficos artistas que me hicieron pasar dos estupendos ratos en los que dejé de pensar, como nos aconsejó la señorita Wright al inicio de su actuación. Dos ratos para abandonarse a la poderosa sensibilidad de la buena música.

Un nuevo monstruo abre sus mandíbuilas

El nuevo "icono mundial de concentración de marcas" ya ha despertado. La criatura, con una altura de siete plantas y 170.000 metros cuadrados (equivalente a 28 campos de fútbol), ya ha engullido 300 millones de euros. Ahora abre sus mandíbulas para empezar a engullir visitantes. La gente se acerca casi sin darse cuenta y entra sin oponer resistencia, como si no pudieran evitarlo. Hipnotizados por su tamaño desafiante, por los tonos cambiantes de su piel acristalada, por la brillante pulcritud de sus escaparates, por los caprichos y lujos que promete... Ya he llegado a la puerta, creo que voy a entrar.

XXVIII Festival de Jazz de Madrid

Comenzó el Festival de Jazz.

Ayer, magnífico Randy Weston. Tocar bien el piano no consiste ser el más rápido ni tocar muchas notas, tocar bien es que se oiga cada nota, y con claridad. Y eso es lo que hace el Sr. Weston con la sabiduría propia de un músico de 83 años. Además es generoso con sus acompañantes, les deja tocar e improvisar y lo hacen de maravilla. El resultado, un perfecto maridaje entre La Música de Jazz y La Música Africana (ambas con mayúsculas).

Hoy he ido a por las entradas para Fred Herch y Lizz Wright. Llovía, pero aún así me apetecía abocetar algo, ¿no es encantadoramente incómodo hacer cosas bajo la lluvia, pasear, nadar, dibujar...? (¿y que la gente piense que estás loco?).

PD-Y otro año que no puedo ir a ver a Melhdau... en fin.